Hace bastante, preparé la confiture oignons oranges de Lili, muy rica, pero no terminó de convencer en casa.
Así que crucé los dedos y me lancé a por mi propia receta en la panificadora:
- 1 nuez de mantequilla
- 230 g de cebolla cortada en pluma
- 1/2 cucharadita de gelatina neutra
- 40 g de vinagre de frambuesa
- 1 cucharada de vino de Oporto
- 30 g de azúcar
- 100 g de agua
- 1 pizca de sal
- Dorar la cebolla en la mantequilla en una sartén a fuego medio-bajo.
- Añadir los ingredientes a la cubeta de la panificadora en el orden especificado por el fabricante. Utilizar el programa de mermelada.
- Entre tanto, esterilizar un frasco de cristal -a mí me cupo toda la mermelada en un bote de potitos.
- Una vez haya finalizado el programa, envasar la mermelada rápidamente, cerrar bien y colocar el frasco bocabajo al menos durante 5 minutos.
Que no cunda el pánico:
- La mermelada puede parecer demasiado líquida una vez haya terminado el programa -de hecho, casi parece una sopa-, pero espesará una vez que la gelatina se haya enfriado.
- Cuidado con los dedos cuando envaséis la mermelada: ¡quema mucho!
- Está mucho mejor una semana después de envasada.
- Es una compañía excelente para una tostada de queso.
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